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viernes, 26 de diciembre de 2008

Un poco de mi.-

Cuando era tan solo una niña, si, recuerdo esas rizas, esa gente, mi mamá que dormía conmigo (bueno que ahora hay veces que también), mi mamá que me llevaba al colegio todos los días, que estudiaba conmigo, ella…con quien íbamos a las peñas folclóricas en Valparaíso, con quien protestaba frente al congreso en esos tiempos cuando hablaban todo el día del Pin8, ella…que después de clases tenía que trabajar en el puesto artesanal, quedarme ahí con los demás hippies artesanos o qué se yo, era mi gente, mis tíos, reír con ellos, reír con mis amiguitos de la calle, correr, jugar en el kiosco, ensuciarme hasta quedar con mis manitos moradas, pensar en el compañero que me gustaba, yo que era tan alegre, todos tan pendientes de mi, era la regalona, era la Ayelén, la hija de la Luna, era una pequeñita tan hermosa que no tenía que preocuparse de nada, que no sabía aún cómo era el mundo, una princesita que lo único que sabia hacer bien era reír y jugar, quedarse despierta hasta tarde porque la mami iba a salir con su gente y ahí estaba yo, la cabra chica revoltosa, que le pedía besitos a todo el mundo, que se sentaba en las piernas del tío titiritero para que le contara una historia y luego reír, ella, la niña que jugaba con los adultos. Ella que le gustaba cantar y escribir cuando la mamá no estaba. Ella no sabía nada, tan sólo era feliz…ahora…ahora ella sabe, piensa, crea, idealiza…ahora…ya nada es como antes y ella llora, aún ríe, pero ahora llora, llora con sentimiento, no llora porque simplemente le dio la pataleta. Ahora ella sabe un poco más cómo es el mundo, al menos eso piensa ella. Ella está sola, porque es única y lo más loco es…que a ella le gusta estar sola aun que le haga llorar y ni hablar más de las cosas de ahora…tan solo esta pequeñita, esa princesita con su corte de pelo como hombre, es la Aye, que sin darse cuenta, alegra a los demás, ella no sabe, no quiere tampoco, ella sigue siendo la misma :)

lunes, 22 de diciembre de 2008


Volveré a pisar, volveré a sentir ese calor ardiente por mi pecho, y recorrerá mi cuerpo como nunca antes en la historia de mi vida, y ya no será lo mismo, no podría ser lo mismo porque esa sangre tan sangre, tan roja, es mía, tuya y de todos los demás. Y el cielo se pondrá gris, y los pájaros de patas rojas, y el mar de morado oscuro y la tierra de negro azabache y tu sonrisa como el sol de mis recuerdos y quedaré sola...sola como la compañía más grande de este mundo. Y que no me digan los vientos, porque de ellos seré parte después.-