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domingo, 17 de octubre de 2010

Cuando era tan sólo una niña
cantaba una canción con mi madre,
caminábamos juntas y tarareábamos
en las veredas calurosas de la cuidad.
Decía algo así como: "Y poco a poco fui escondiéndome en tu piel,
la serpentina de tu boca me atrapó..."
Y vaya que me atrapó esa canción,
han pasado más de diez y aún la recuerdo
como si hace algunos minutos hubiera llegado
de aquella vereda calurosa.

Lo malo es que mi madre no recuerda como
se llamaba la canción, que triste...
Después decía algo así como: "Jazmín de luna, bañaba tu pelo, y ardía
en tus ojos la noche de enero"
Vaya que me arden los ojos de tanto buscar
en mis recuerdos el nombre del autor.

No quiero morir sin antes saber como se llama esa canción.
De viaja no, prefiero morir ahora de un infarto y no darme cuenta
que nunca logré mi meta.

Después terminaba con algo así como: "Como un fantasma cruzaba las calles"
Yo no sé nada de fantasmas, pero pensándolo bien, si muero de un infarto,
después me encuentro con aquel fantasma y listo! le pregunto el nombre de la canción.



jueves, 14 de octubre de 2010

Si hay algo que amo es mi pobreza,
sacrificio, rebeldía,
mi día a día, tratando de mantener mi molestia.

Mi población disparando ignorancias,
mis vecinos barriendo la rutina del abismo,
cada hoja de árbol a la basura,
no a la tierra perdurando su existencia.

Un hermano caminante con las balas por
los zapatos gastados de hacerse humo
para nuestro enemigo que trata de arrebatar
nuestra sobre vivencia.

Si hay algo que espero es a ese compañero
que ama lo que amo,
que sufre por lo que sufro yo también,
que espera de mí como yo de él.

Adjuntar ideas propias y hacer de ellas una sola,
una batalla infinita, un cosmos de ideales rabiosos
palpitando a mis alrededores de esperanza.

En cuanto sepa que me comprenden
y apoyan sin importar la muerte que me protagoniza,
En cuanto sienta la mano apretada sobre mi codo
casi en suelo, llamaré a cada uno de ustedes compañeros.


miércoles, 13 de octubre de 2010

Volver a la distancia
que nos mantuvo cerca
un largo periodo de tiempo.

Irse con el pretexto
de conservar las palabras,
transitar por un bus de los recuerdos
que une nuestras contrarias
y similares direcciones.

Te volveré a ver cuando cierre los ojos,
me alimentaré de una mirada infinita
y de un palabra suelta, casi danzando con
los deseos de volver a tu boca y escucharla
nuevamente.

Caminaré con el aura brotando distancias
interminables para llegar a tu color más visible,
es mi alma la que camina hacia ti,
cuando yo camino del lado del viento,
tratando de combatir con la lujuria
de un próximo encuentro.

Dormiré imaginando tu presencia,
para soñar con ella cuando el frío pida
abrazar otra almohada y entibiarme de recuerdos.

Cesar la insurrección por un segundo
hizo crear la ebullición para el mañana,
juntos a la bravura del sol meditando
aquella intervención de lo estático y contemplado.


Despertaré con la idea de que aquella sutileza
no era en vano desnudando los pensamientos
que engendraron de curiosas intenciones.








domingo, 10 de octubre de 2010

Dicen que cuando morimos nos vamos al cielo...
yo cuando vuelo alto estoy en el infierno,
mirando desde arriba comprendo todo.

Todo mundo asqueroso e inhumano.

Qué muerte ni qué cielo...
somos almas caminantes,
flotando en lo incierto.

Solo existe el cielo pintado a la pinta nuestra,
donde inventas toda una vida de incertidumbre.
Vaya a saber yo de tantas costumbres,
crueles, sangrientas y con mero sacrificio.

Qué muerte ni qué cielo...
somos almas deambulando,
flotando en mentiras.

Morir para que salga el sol y nos siga quemando.
Yo prefiero que me quemen y andar vagando
por esta tierra, hacer lo que nunca hice,
asustar a nuestro enemigo.

Qué muerte ni qué entierro,
siempre sembrar
el destierro está primero.

Para que comprendan como vivimos
en esta vida,
con miedo,
con hambre,
incertidumbre.


Mil derechos falsos violados
al aire libres.

Qué vida, ni que luceros,
de hambre en esta tierra yo me muero.


viernes, 8 de octubre de 2010

¿Dónde están los poetas?

Eduardo es uno de los 60 millones de habitantes de los Estados Unidos que tienen orígenes étnicos distintos al europeo. Son más de 30 millones de negros, 20 millones de latinoamericanos, seis y medio millones de asiáticos, y dos y medio millones de árabes, y un millón 700 mil descendientes de las naciones autóctonas de este país. Sesenta millones de personas que rompen y desafían de manera definitiva el de esta poderosa nación norteamericana. Hasta la década de los años cincuenta los forjadores intelectuales del , , plantean una nación en la que los distintos componentes raciales y culturales se fundieran para convertirse en un modelo homogéneo, sajón.
Entre estos teóricos había también idealistas, como el poeta Walt Whitman quien estaba convencido de que en su país se forjaba , la síntesis de lo mejor del hombre, enriquecida con lo más puro de los inmigrantes que llegaban desde los cuatro rincones del planeta.

Hoy, en Filadelfia, Walt Whitman es el nombre de un gran puente metálico que pasa muy por encima de las tranquilas aguas del río Colorado, uniendo esta cuidad con la vecina urbe Camden. Por el puente Walt Whitman transitan a diario miles de personas- de todos los colores creencias y costumbres- en dirección a Atlantic City, Meca del vicio, paraíso de las apuestas. Por el Walt Whitman cruzan indios, blancos, negros, hispanos, árabes...Van a las ruletas, a las máquinas tragamonedas, a ganar o a perder... Pero ninguno va preocupado de engendrar la ...Van motivados por el verdadero sueño americano>: enriquecerse de golpe.
Walt Whitman es un puente, no un idealista...¿DÓNDE ESTÁ HOY EL POETA QUE LE CANTE A LA SOCIEDAD MULTIRACIAL NORTEAMERICANA?

(Extracto del libro de Dauno Tóroro, "Camino Verde")

Desde el sol los vieron bajar,
el intento de nuestro hermano
de subir a la justicia y plantar la libertad.

Pusimos la mano en la tierra virgen,
con el sol quemando arriba refrescamos
nuestro cuerpo con rebeldes recuerdos del pasado.

Entonces pasaron los años,
y pronto nos dimos cuenta que
años anteriores se nos fueron de la cuenta,
enterrando oro que ahora nos roban sin piedad.

Porque mi mano en puño alto tratando de agarrar
el sol con sus rayos para lanzarlos como bombas
y frenar la crueldad,
crueldad,
hambre,
injusticia,
encierro,
represión
y unas cuantas cosas más.

Ay! esa maldición de lo maldito....
por qué será que tu naciste?
y por qué será que ahora yo muero....

Pero atrás mío venían otros,
comprendiendo el sacrificio
de esta lucha plena y roja,
y se juntaron para pelear
contra ese mal.

Hoy plantan y otros riegan,
para florecer y contar esta verdad.

El pobre Joaquín.

Joaquín se despertó temprano e inquieto como de costumbre.
Su abuela, o mamá Herna, como le dice él, ya venía cruzando el pasto mojado de su casa para llegar a darle el desayuno de todos los días.

Pobre Joaquín, mamá ya estaba dando clases en la escuelita del pueblo, y papá se había ido temprano en su lancha para ir a trabajar. Se sentía solo, los días estaban nublados y helados para variar, con esa lluvia sutil cada ciertos minutos, no existe día con su ausencia.

-Mamá Herna, mamá Herna! ¿Vamos a buscar papas al huerto para la comida de mamá?
-Dijo Joaquín con sus ojitos brillantes y entusiastas.
-Podemos ir, pero primero, termina tu desayuno como buen niño, y luego, esperamos a ver si el sol quiere salir a jugar con nosotros para no terminar tan empapados y no enfermarnos.
-No importa si me mojo mamá Herna, papá dice que soy tan fuerte como él, así que no me enfermaré.
-Pero Joaquín...
-¡¡¡DIJE QUE NO IMPORTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
-Gritó Joaquín desesperado y rabioso como perro encerrado.

Pero claro, Joaquín no tenía amigos, vivía de lluvia en lluvia, por lo que no podía salir a ningún lado a soltar sus energías de niño curioso.

Saltó en un sin tiempo sobre su mamá Herna y la despellejó sin control hasta dejarle sangrando los ojos, odiaba todo, hasta a él mismo, pero tampoco entendía lo que le pasaba.
Abrió la puerta principal, y al dar un paso fuera de la casa se detuvo para contemplar con siniestra mirada sus alrededores, nunca había nadie, salvo los animales y el humo de la chimenea que eran los movimientos más visibles.
Una vez que se sintió libre sacó papas del huerto y las lanzó al cielo una por una, las observaba como pequeños luceros imaginando que iban en su busca, corrió entre el pasto verde, acompañado de los caballos, cerdos, ovejas, pollos y todos los animales de la granja, que sin saberlo, eran los únicos con vida en su mundo tan solo. Luego se sintió cansado y cayó al pasto mirando las nubes, pensando que eran como olas que querían llevárselo, luego de pensar éso recordó que el mar estaba frente a su casa, tenía miles de ideas en la mente, pero sólo una se apoderó de él.
Caminó derecho sin desviarse, sacándose la ropa que lo asfixiaba para bañarse con la libertad de la lluvia que corría por su cuerpo agitado, siempre quiso hacer eso, sólo que nunca lo dejaron. No miró nada, no recordó nada, no pensó nada, sólo caminó en una dirección determinada hasta llegar al único bote abandonado en la caleta, nadó, sin saber cómo, pero nadó, entró al bote y una vez ahí, en vez de subir y entrar el ancla, la soltó y dejó sumergirse hasta el fondo del mar.
Cada minuto se alejaba más, estaba tieso, sin hacer nada, en un momento sintió ver a lo lejos como llegaba su papa a la casa, lloró, sólo sabía que era libre y que no quería volver, NO PODÍA.

Ya no había paisaje que divisar, la lluvia caía fuerte por su pelo, su cuerpo estaba pálido, casi sin color, sin temperatura, sin rastro alguno. Estaba afirmado con las dos manos en los costados del bote que cada vez se movía más rápido por las olas, tuvo miedo, frío, incertidumbre, su conciencia confusa ya no le servía para tratar de salvarse de la muerte que sentía al lado suyo.
¡CAYÓ DEL BOTE! Las olas lo botaron sin compasión, trató de luchar contras las olas asquerosamente saladas que cada segundo lo golpeaban por la cabeza y hundían para matarlo, gritó auxilio! como si hubiera alguien cerca, como si el cielo lo escuchara, era lo único que veía... era en lo único que creía.
Se ahogó...se hundió, las olas cumplieron su objetivo, llegó al fondo del mar y una vez ahí...comprendió todo.

-MAMÁ HERNA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!??????? MAMÁ HERNA!!!!!???????????
-Tranquilo Joaquín, era una pesadilla. Mira el lindo sol que hay allá afuera, ¿vamos a buscar papas?



Joaquín ahora tiene 20 años, y recuerda esa pesadilla como la única en su vida, pero aún no la comprende.


martes, 5 de octubre de 2010


Menos sonrizas es un

desgaste en tu boca tan fresca,

correr al fuego,

apagar tu aliento.


Como si el viento fuera

a jugar siempre con mis

deseos flotantes de consumirte,

tragarte en pocos segundos.


Sentirte un poco más abajo

de mis entretelas, sentir crujir mis

entrañas con mis palmas suaves

fabricadas sólo para tus pensamientos.


Un día cualquiera volaré tan alto

que tus ojos caeran al mar por mi reflejo,

ahogandose entre las olas por mi ausencia

tan completa.


Nadarás y nadarás,

como yo nadé en tu cuerpo

aquellas noches donde tu ebriedad

permitía mi interrumpción

en tu talento extravagante

de colores exitantes.


El mar se partirá en dos,

como el mío ahora está,

dolor,

traición,

decepción,

y amor en desamor.

Pedirás mi respiración artificial

en tu boca ya no fresca,

ahora seca de tanta agua que brindaste

en tus penurias.


Salud...y Adiós.