Hemos aprendido a caer como hojas de otoño para levantarnos luego con el viento, a llorar como las nubes cargadas del frío invierno, a reìr como golondrinas primaverales entre los cielos despejados, a nutrirlos gratuitamente con el sol cálido del verano, pero aun no hemos aprendido lo importante y hermoso que es vivir como hermanos.

La vida a veces termina siendo como un libro que no todos nos atrevemos a leer, y si lo leemos, de lo que entendemos poco comprendemos.

Hola, vengo a molestar.
Vengo a salir un rato
de la redundante realidad.

Vengo a jugar a la pesca milagrosa
para pillar un poco de sueños
y compartirlos con ustedes
lanzándolos al más profundo silencio,
como gritos de luz en sus huesos.

Vengo a compartir un poco de hambre,
te presento mi plato favorito,
está lleno de dulzura amarga,
está lleno de letras, lleno de hablas,
lleno de sueños, lleno de realidad y lleno de insurrección.

Vengo para destruir una insensata creación,
para crear otra noción y
tararear la esperanza de los olvidados.

Vengo para dejarte mi memoria
de tinta y lluvia, de sol y viento,
de un fuego lleno de deidades para
resucitar tu alma milenaria.

Ahora me voy,
pretendiendo quedarme impregnada en
tu posterior búsqueda del consuelo,
del dolor, de la rabia, consecuencia de tu memoria,
para que te deslices con la intensidad
de mi ágora completa de hombres recordados.

Sálvate de ti.

Carta a una amiga

Disfrutar en un segundo
la ternura eterna de tu
inocencia encapullada.

Sin tocar los corpúsculos
de tus alas dejaré volar
entonces junto a mis sueños
tus senderos de fantasías
risueñas, eres dueña de mi sonrisa.

Escucharé amiga mía con mis
ojos el silencio de tus gritos
enterrados día a día en tus entrañas.

Vuela mujercita vuela en el cielo y
en la tierra,
compañera andante de mis dolores,
criticas y amores.

Que el alcohol puro de tu alma
no se pierda nunca en mi olfato
hambriento de tu amistad sincera.

Nacimos separadas para estar adjuntas,
para conocernos, querernos, admirarnos
y retroalimentarnos con nuestros cantos.

Que esta amistad perdure hasta que nuestras
almas sean libres de nuestro cuerpo,
en mis sentimientos, porque sin los tuyos
perderé entonces parte de los míos.

Tuve un encuentro con el olvido.
Me recordó durante horas que ya era parte
de mi memoria navegante,
entre unos cuantos de ellos,
unas cuantas penas,
rabias, emociones encubiertas.

Que el viento de mi pasado podía de mala manera
manejar el velero en sentido contrario.
Para no caer entonces en la profundidad marina
llena de monstruos inocentes,
subí hasta la luna para tirarme un piquero
y caer en tierra firme, en memoria superada,
resiliencia de la rabia.

Eres como la noche

tendida de lágrimas blancas.

Trazada del color profundo

como el primer día en que me fui.

Eres como el mañana soplando otro

año de golondrinas,

de esas que cuando las soplas

vuelan dejando círculos de fuego en

el viento.

Eres como la guarida de un palote,

cuando te encuentro solo trato

de hacerte mio,

no quitarte la vista entonces

para no perderte otra vez entre las ramas

que se comportan como multitudes de gente.

MUJER, INTENSA COMO UNA FLOR

Entre el surco de la tierra
arrebatada con sus dolores
comprendí que a través de
esas líneas circulaba el débil
azulejo del sediento permanente.

Deducía también que de noche
el placer por la riqueza gobernaba
en las almohadas extravagantes
y frívolas de los insensatos más golosos
de oro, de caudal, de pujanza, de poder.

Pero de día las estrellas trabajólicas
no duermen, ni pueden gozar en sus
recreos sin tiempo de entre costillas
apunto de crujir...

Y si el sueño trata de invadir?
Hay que mantener los ojos bien abiertos,
aun que sea de noche, aun que esté
intensamente oscuro, donde ni siquiera
se puede ver el reflejo de tus manos
cuando pasean delante de tus ojos.

Bien abiertos, sí, junto con el corazón,
porque seguramente está hambriento
de justicia para homenajearte.

Eres tú... Mantén tus ojos abiertos,
recuerda...el corazón... y bien abiertos.
Que el miedo malvenido no te los cierre,
que el cansancio te los abra, que la impotencia
te los refleje, que tu cuerpo despellejado
les de luz de fuerza infinita.


Que tu silencio no sea la consecuencia
de tu miedo por culpa de la necesidad,

que tu necesidad sea la libertad,

que la libertad sea tuya y de tus hermanos,

que tus hermanos recuerden y practiquen
tu corazón valiente,

y que la valentía te acompañe hasta la muerte
y más allá, porque será donada para unas cuantas
compañeras, por ende, seguirá tan viva
como el momento en que decidiste darte
vida.