Entre fríos incendiarios y

pies entumecidos con impulso

cálido de pluma, voy contemplando

la luna hablante de la tinta acompañante

en noches como éstas.

El aire que sopla el paseo de las

hojas bautizadas se transforma,

una vez más, en suspiros de

esperanzas rebeldes.

Y entonces rebelamos cada segundo

de pensamiento insurrecto.

Nos saltamos de línea en línea el

orden inexistente, los anti libres estatutos

de literatura que no juntan ni pegan

con mi realidad despafarrada.

Me expreso desde mis entrañas,

y para llegar a la tuya algún mañana,

pienso en ti compañero, cuando suelto la

pluma, pienso en ti compañera, cuando sudo

mi ternura pienso en ustedes todo el tiempo.

Ustedes que están leyendo,

en ustedes pienso.

Y también pienso en no dejar de pensar

nunca más, ni de escribir, ni de soñar,

porque al momento de dejar de hacerlo

estaría muerta y perdida como una luna sin

tener un hijo al cual entregarle luz.

No depende de mi, de ustedes depende,

porque en ustedes pienso.