Hola, vengo a molestar.
Vengo a salir un rato
de la redundante realidad.

Vengo a jugar a la pesca milagrosa
para pillar un poco de sueños
y compartirlos con ustedes
lanzándolos al más profundo silencio,
como gritos de luz en sus huesos.

Vengo a compartir un poco de hambre,
te presento mi plato favorito,
está lleno de dulzura amarga,
está lleno de letras, lleno de hablas,
lleno de sueños, lleno de realidad y lleno de insurrección.

Vengo para destruir una insensata creación,
para crear otra noción y
tararear la esperanza de los olvidados.

Vengo para dejarte mi memoria
de tinta y lluvia, de sol y viento,
de un fuego lleno de deidades para
resucitar tu alma milenaria.

Ahora me voy,
pretendiendo quedarme impregnada en
tu posterior búsqueda del consuelo,
del dolor, de la rabia, consecuencia de tu memoria,
para que te deslices con la intensidad
de mi ágora completa de hombres recordados.

Sálvate de ti.