No me hables de amor
cuando tu silencio es el
que gobierna tu razón
carente de importancia
hacia mis deseos vulnerables
de tu presencia.
Háblame, aun que duela,
pero háblame con la verdad
que no quiere escapar de
tu seno completo de humor
alcoholizado de olvido
o quizás un poco de evitamiento
ante el pasado dichoso que parimos
entre calles desposeídas.
En tan difícil incomprensión
de todo el fuego que se apagó
con el viento de nuestros suspiros
en nuestro cuerpo ignorante y
desconocido.
En tal momento de desolación
siento no ayudarme escribiendo
mis deseos por ti.
Por nuestro ayer.
Por tratar de evitar el presente
y verme feliz en el futuro que no
existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario