
Era la noche más temprana
que había despertado mis sábanas,
pude quedarme ahí contigo,
contemplando tu respiro y el dulce
latido de tu inocencia,
pero el basto sonido del reloj me
decía que era un día más de rutina.
Por nuestro pan, por tu comida.
El sonido mecánico me recordaba
que ya había despertado antes de amanecer
y que no podría volver a desvanecer
entre tus pequeños y delgados brazos.
Por mi calor, por tu leche.
Salí de la cama sin dejar de mirarte
porque temía despertarte,
me buscaste con tu carita y al encontrar la calidez
de la almohada caíste nuevamente en el sueño.
Por tu seguridad, por mi serenidad.
¡Arriba compañera! escuché a lo lejos,
te aguarda un nuevo día, te levanta una nueva esperanza,
te espera el mismo y familiar lecho.
1 comentario:
a parte de todo tb poeta tanto talento, convidame algo yo tengo el puro toyo y el pincel ke por falta de tiempo no puedo jugar con el ajaja me slaio verso
ayelene face to face nucna te he visto pero siento ke te konosko de hace kualkiera cantidad de tiempo XDD y te tengo un milonde cariños
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