Nacerá de entre brazos de rebeldía y

de sol con extrema bravura la respiración

de la ternura y el suspiro de una nueva esperanza.

Conducirá sin patrón a dos flores

de colores y le entregará la fotosíntesis

del sonido vital a lo lejos de la tierra.

Avanzará a paso firme ante cada

golpe de desesperanza para construir

la enseñanza con la cual se alimentó

en sus despertares madrugadores.

Correrá con batalla y sus manos

serán liberadas desde los brazos

maternos y el sabroso sabor

paterno de la gloria.

Esa gloria obtenida de la lucha contra

el viento ardiente del enemigo que

recorrerá hasta el destino de los huesos.

Cruzará cerros y luceros,

dejando sembrada la semilla humilde

de su idealismo para darle dicha a unos

cuantos hermanos.

Gozará en trío el sabor del río

y la purificación de la bóveda celeste

con la sangre roja del albedrío.

Juntos seremos mártires, unidos

sobreviviremos, no estamos todos,

pero tampoco estamos solos.